Las localizaciones en el cine pueden resultar determinantes. Por su impacto, el simbolismo o su belleza. Ayudan a crear una atmósfera única. Incluso, en ocasiones, y no pocas, son un actor más del reparto. No hay una corona de laurel específica, sin embargo su impronta condiciona otras categorías. En premios tan importantes como Oscar, Bafta, Goya, etcétera.
La responsabilidad de elegir el mejor espacio recae en el localizador. Que debe trabajar con la dirección para trasladar el set de rodaje al lugar escogido, según la escena. O la historia, secuencia, trama… La parte creativa que se esté desarrollando en ese momento en el marco del metraje.
Así las cosas, hay una opción para ayudar a este profesional a seleccionar la localización. No son pocas las ciudades españolas que ofrecen un servicio de este estilo. Para , también, ayudar a promocionar las urbes, su cultura y ocio. Un reclamo para un formato de turismo, el de cine, en alza en los últimos años.
Y este crecimiento se debe a la majestuosidad de los espacios. Al éxito de las series que los albergan. Al trasfondo que expresa el enclave en concreto. Entonces, ¿Por qué no medir su impacto? ¿Qué emoción despierta un emplazamiento? ¿Despierta la suficiente atención, según el argumento o la narración?
IMPACTO
Luego de aplicar neurociencia es posible acercar esta información. Sería como dar un paso más. Aunar la experiencia del localizador con un análisis de respuestas, conscientes y no conscientes. Información que podría ayudar ahorrar gastos. Y energía y trabajo en la parte de selección.
En la actualidad, este servicio existe. Se ha desarrollado en Valladolid. Un proyecto en el que han sumado fuerzas la empresa de servicios con tecnología aérea no tripulada Ecogeo y la consultora aquí presente. Con amplia experiencia en el estudio de contenidos audiovisuales. ¿El resultado? El primer catálogo de localizaciones basado en neurociencia. La ‘Guía virtual e interactiva de localizaciones de cine’.
Este proyecto consta de una selección de imágenes de espacios naturales y urbanos de Valladolid y provincia. Luego, se realizó un estudio de mercado apoyado en metodología cuantitativa tradicional (cuestionarios). Y avances de neurociencia aplicada (respuesta electrodérmica) y reconocimiento facial.
El glosario de estímulos y sus niveles de impacto fueron el resultado. Un catálogo que trata de ayudar en el proceso de decisión de localizaciones. Y que viene a correlacionar los espacios testados con las emociones despertadas entre el público.
Conclusión
La industria del cine es un tranvía cargado de emociones. Con capacidad para llevar al espectador a lugares indómitos, inimaginables, tanto de futuro como del pasado. Y para acompañar la línea temporal, espacios que transmitan. Lugares que impacten al espectador.
Tener al alcance un proyecto que mide los niveles de atención y emoción de localizaciones es algo revolucionario. Un servicio basado en neurociencia que trabaja en términos de eficiencia. Escenario apropiado, más cerca de lograr transmitir correctamente la idea creativa.
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